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por Lorena Pérez

Bloc de Moda es un medio digital lanzado en 2006. Apuntes que registran historias en un gran reportaje online. En BdM se observa, se pregunta, se investiga y se escribe cómo impacta la moda en la cultura y los cruces con las artes. ¡Bienvenidos!

Reporte de moda: ¿Es China nuestra identidad de moda?

Uno de los momentos fuertes en la moda en el 2013 fue el tema de importaciones. Trabado el ingreso de materias primas que pudieran abastecer al sistema de marcas y diseñadores argentinos, y su falta del materiales que se traduce en aumento de precios en la indumentaria, perfiló a China como mercado imperante para comprar prendas y productos de belleza como nuevo descubrimiento de lo barato. Una especie de los "Todo X $2" de la era menemista que, por su política de nueva apertura de mercados, dio inicio a una desenfrenada ola de importaciones, siendo la industria textil uno de los sectores más afectados. ¿Para qué producir en el país algo que por dos mangos se conseguía en el exterior? Este mismo criterio prevalece en la cabeza consumista, que asocio a la década de los 90', y por experiencia familiar puedo recordar con nitidez. 
Mi papá, textil de profesión, pasó de crear e innovar con hilados a producir a poca escala para consumo internacional y editar lo que llegaba de Brasil, de baja calidad, para vender en Argentina.

Mientras tanto, otro recorte de época tiene lugar, no con la misma fuerza que las compras en China pero definitivamente edifica en nuestra identidad. Sucede que un grupo de diseñadores, de autor a emergentes, hace más de una década enriquecen el repertorio de nuestra moda más que en ninguna otra época. Sin necesidad de ordenar una tendencia vigente en el mercado, aunque si captan la esencia del momento, para expresar sus señas particulares interpretando la moda. 
Belén Amigo, Joan Martorello, Marcelo Giacobbe, Tenáz, Paula Ledesma, Andrea Urquizu o Mariana Dappiano, Pablo Ramírez, Martín Churba, Jessica Trosman, kostüme y las zapateras, para citar a algunos de los hacedores. 
El diseño, la calidad y lo exclusivo, frente a China. Las diferencias son parte de su química.
Yo no se si un consumidor tiene que saber mucho de moda para percibir estas sutilezas, confío más en que la información nos hace poderosos y el sentido de la ética personal respaldará nuestras elecciones al momento de las compras.

Retomo con la postal que muestra furor por las compras en China, que llegaron a saturar el correo dado los precios irrisorios por los productos que allí ofrecen. Para el caso me quedo con la reflexión de la periodista de moda Suzy Menkes"Hay algo moralmente malo en tener un traje de baño o un vestido que cuesta lo mismo que un capuchino".
Apunto entonces a nuestros hábitos de consumo, que colabora en esta rueda de aceleración que hace necesario cosas que no lo son y ante este requisito de novedad ¿quién es el que debería parar primero? ¿la industria o el consumidor?

No creo que estas prendas, de China o Argentina, cambien el mundo pero si las mujeres y los hombres que las usan, capaces de hacer válida su proclamación. 
Queda en nosotros respirar y pensar antes de la corrida a la que estamos estimulados a diario.

Lo que fue la fábrica textil Ponieman Hermanos. Hasta la llegada de Menem a la presidencia funcionó como productora de hilados, abasteciendo el mercado interno e internacional.

Me paré para sacar la foto desde el lugar en donde yo saludaba a mi papá desde su oficina antes de entrar al colegio. Hoy la fábrica es un complejo de departamentos. 


Cada vez que leo líneas que se entusiasman ante las compras en China me acuerdo de esto.