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por Lorena Pérez

Bloc de Moda es un medio digital lanzado en 2006. Apuntes que registran historias en un gran reportaje online. En BdM se observa, se pregunta, se investiga y se escribe cómo impacta la moda en la cultura y los cruces con las artes. ¡Bienvenidos!

El nuevo sistema de la moda

Lucía Chain capitalizó los concursos como una posibilidad para darle visibilidad a su proyecto sustentable.  Luego empezó a viajar a las semanas de la moda internacionales. Milán, Holanda, Finlandia, Chile, Costa Rica, Berlín, Miami y Amsterdam fueron sus destinos que en octubre sumó a  Russia, donde acaba de presentar The old believers, la colección Invierno 2020. "La clave es cómo hacer con lo que está a mi alcance”, dice Chain. “Siendo argentina sé que son pocas las posibilidades, entonces es un desafío que sea bueno e inclusivo lo que hagamos", cuenta la diseñadora que cuestiona el sistema de la moda y busca nuevas formas para comunicar de manera amable cómo es posible modificar hábitos y transitar lo sustentable.


Entrevista de Lucía Chain, una diseñadora que trabaja con base en Buenos Aires pero con mente internacional en el nuevo sistema de la moda.

¿La moda está preparada para ser sostenible? 
Los nuevos diseñadores ya nacen con proyectos sustentables, o al menos lo intentan, están transformados. Hay pocas marcas y diseñadores que tratan de ir por otro lado, porque ya es algo natural. Todavía falta un montón. A la moda le falta comunicar mucho lo que hacemos, lo que está bien y lo que está mal, así el público se pueda replantear cómo consumir.

¿En Argentina existe el consumidor consciente? 
En Argentina me pasa que tengo mucha más gente que me sigue por la filosofía de la marca que clientes. Todavía falta que las personas entiendan que se puede vestir con nuestras prendas, que no es extremadamente caro y que vale muchísimo más la pena que comprarte en un local masivo.

¿Está bien comunicada la sustentabilidad? 
Hay varias ramas de comunicación que son discutibles. Por un lado está la genuina, la positiva que te explica los procesos, que hay detrás de la producción y que te hace entender los tiempos, de dónde vienen los materiales. Por otro lado está la comunicación que para mi es negativa y que se da masivamente. En los últimos tiempos siento eso con el Fashion Revolution. Por un lado está buenísimo, impulsaron un cambio muy grande y muchas personas, sobre todo productores, se pusieron a reflexionar sobre sus acciones pero el movimiento lo plantea de una manera tan negativa que uno como consumidor se queda afuera.


¿Pensás que comunican así buscando el impacto? 
De alguna manera plantean que la moda tendría que terminar porque es nociva. Y eso no va a suceder, la moda no va a terminar. La moda es la industria más importante de muchos países. Hay que generar un impacto positivo para que el cambio pueda suceder.

¿Cómo llegás a los materiales sustentables? 
Es una investigación que no termina nunca. Trato de priorizar a la industria nacional. Un gran porcentaje de mi colección es de algodón producido en Chaco aunque también incorporo dos textiles que son importados porque acá no se producen. Los compro por la buena calidad y le dan cierta sofisticación a las prendas. Son los dos textiles que hoy en día están considerados los más sustentables, uno está hecho a partir de pulpa de eucalipto y el otro es Cupro, generado con descartes, que hace un textil muy finito, parecido a la seda.


Hubo un cambio en tu propuesta en las últimas dos colecciones. 
Con cada colección siento que voy creciendo, voy madurando como persona y diseñadora. Me voy nutriendo de experiencias porque en cada colección hablo con muchas personas de distintas partes del mundo y recibo devoluciones de mi trabajo que trato de aplicar. Mi cabeza está dándose vuelta constantemente. Aprendo muchísimo porque voy teniendo cada vez más clientes, el mercado internacional es mi fuerte. Uno de los comentarios que tuve fue que haga más amplia la paleta de color. Yo también me estaba cansando que sea tan repetitiva pero tenía que ver con los recursos que tenía. Entonces incorporé tintas biodegradables que me dieron la posibilidad de usar colores más fuertes, no tan pastel como venía usando. Dejé el rosa porque me encanta.


¿Cómo organizás tus colecciones? 
Mis colecciones son atemporales. Propongo una colección gigante que va creciendo en el tiempo porque no dejo de producir lo anterior. Entonces, mientras voy sumando colecciones se tienen que ir complementando con lo anterior, pensando en siluetas más posibles. Las prendas se tienen que poner usar. Si hay diseños que no se venden, también eso es desperdicio.

¿Es posible trabajar sin temporadas? 
Todos los eventos en los que participo exigen una temporada. Pero cuando lancé mi marca pensé que no tendría temporada, porque lo mío era súper atemporal. Bueno no, temporadas hay porque sirven para organizar el trabajo.


¿Modificás las colecciones según el destino donde las vas a presentar? 
Si. Empecé a tener un cliente fuerte en Japón y tuve que modificar la moldería. En los largos porque ellos son más cortos y los escotes son más anchos porque la cabeza de los japoneses es más grande. Físicamente tenemos diferencias y está muy bueno lo que sucede porque entendes que el cuerpo es distinto, que no pasa solo por el talle.

Estuviste en Rusia, ¿cómo planteaste la colección para un invierno tan frío?
Para la colección que llevé a Rusia empecé a trabajar con varias capas de textil, para que sea más pesado, más grueso y el calor tenga que pasar por varias capas antes de irse del cuerpo. Al no tener ni nylon ni lana es más difícil, por eso lo resuelvo con la superposición de mucho textil, para que sea más calentito.


A través de los concursos armaste una estructura de marca internacional, ¿lo planeaste así? 
Si, desde la primera colección participé en concursos. El primero fue ganando el Semillero UBA (la plataforma de la FADU UBA en Bafweek) al que me presentó la cátedra. Eso fue un antes y después porque me dio confianza en mi trabajo y a su vez me dio un capital económico para arrancar un proyecto. Sin eso no hubiera sido posible lanzarme. Los concursos son herramientas que nos dan a los diseñadores justamente para tener más visibilidad. Es un trabajo en paralelo porque tienes que prepararte mucho, investigar todo el tiempo. Me abre más caminos, me da más visibilidad y a partir de esa visibilidad me invitan a otros lados sin la necesidad de presentarme. Además me plantea un desafío porque cada concurso tiene un objetivo detrás. Afuera los concursos son muy importantes y la mayoría de los diseñadores que ahora son grandes pasaron por esto, estas ahi para que se abran caminos.

Lo importante es tener en claro qué es lo que querés hacer y para qué. Después el producto se va formando solo, no es a la inversa; de tener un producto y darle un discurso. Es clave entender que lo que uno quiere hacer y a partir de ahí diseñar para que surjan las posibilidades."

Chain se comercializa en Yoox, el shop online que pertenece al lujoso Net-a-Porter más diversas tiendas de Japón a través de HP France y en Buenos Aires en la tienda Panorama. También es posible encontrar sus diseños en exposiciones. Tal el caso del Museo Ferragamo, en Florencia, Italia, donde fue seleccionada para Sustainable Thinking, la muestra que celebra la sostenibilidad con el cruce del arte y la moda.

Imágenes: Gentileza Lucía Chain