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por Lorena Pérez

Bloc de Moda es un medio digital lanzado en 2006. Apuntes que registran historias en un gran reportaje online. En BdM se observa, se pregunta, se investiga y se escribe cómo impacta la moda en la cultura y los cruces con las artes. ¡Bienvenidos!

Mujeres vestidas por mujeres

Grace Gaviglio comenzó su carrera como mannequín a fines de los años 80'. En su figura se acentúa la impronta de la elegancia de una época que se niega a pasar de moda. Asistió al aterrizaje de las marcas de lujo a la ciudad, cuando las principales avenidas y los shoppings amanecieron con nombres tops: Ralph Lauren, Armani, Kenzo, Valentino, Dior, Nina Ricci, y que en medio de una de las tantas crisis empezaron a esfumarse. Fue una época gloriosa, dice, que no volvió a repetirse.

Experiencia y entrenamiento, así lanzó GVG Grace Gaviglio, una etiqueta de nicho con el lujo como máxima para resolver el vestuario, el conocimiento adecuado para reaccionar ante un sistema en transformación permanente y un consumidor que solicita novedad.

La propuesta Otoño / Invierno 2018 de Grace Gaviglio

~ ¿Cómo fue el proceso de pasar de estar delante de la cámara al detrás de escena?
Empecé como buyer después de trabajar como modelo. En los 90’ comprabas en boutiques, ibas a Martínez, Av. Santa Fe o te mandabas a hacer la ropa. Había nombres claves: si querías algo básico minimalista y de calidad, entonces pasabas por lo de Zito, algo de encaje divino sabias que era Caramell, de Fortuna Dayan, o La Clocharde, que si querías casarte con el mejor vestido ibas a lo de Gino Bogani, porque estaba instalado ese tipo de consumo. La construcción del estilo era armado por los diseñadores porque no ibas y te armabas tu propio placard en la compra. Eso cambió, mutó con la crisis del 94' y empezó a abrirse camino lo que llegaba de China. Incluso los modos de vender cambiaron: antes de Tinelli estuvo Giordano, él empezó a mostrar mujeres monas para vender. A fines de los 90’ llegaron las marcas internacionales. Acá estuvieron Kenzo, Armani, Ralph Lauren, Nina Ricci, Dior, Saint Laurent, Rochas y en ese cambio de paradigma empecé a trabajar para ellas.

Colecciones en tránsito permanente, así se presentan los percheros de Grace Gavigio

~ ¿De qué manera te ayudó trabajar en el mercado de lujo?
La estructura de marca que ellos implementaron me formó, sobre todo la experiencia en Ralph Lauren. Un equipo de trabajo que te acompañaba, las directoras explicaban el producto y te apuntalaban para estructurar la compra. Desde los equipos de marketing hasta los arquitectos que armaban las tiendas en función de cómo iban a lucirse determinadas líneas.
 El conocimiento que tenían de su propia marca era tan fuerte que resultaba difícil no aprender de ellos. Luego fui a hacer las compras para Armani. Mi función era armar la colección entera, pero la indumentaria va de la mano de las crisis económicas y en 2001 se desguazó la empresa entera y en un día todos quedamos despedidos. Todos.

~ Y te pasaste a Christian Lacroix.
Si, durante 13 años trabajé como jefa de producto de la línea de mujer de Christian Lacroix, que era una licencia francesa y resultó una empresa que dejó en la calle a 300 personas sin hacerse cargo de nada.

~ ¿En ese momento lanzaste tu etiqueta?
Instalé mi emprendimiento porque sentía que no estaban las condiciones para seguir en una empresa. Tomé el riesgo de caminar mi camino, con todo lo que eso implica, pero lo hice rápido. Si hoy vuelven las marcas internacionales, me encantaría hacer algo con ellas, conozco el lujo, lo se comprar, se de los mecanismos de este país y cómo es instalar una marca, pero no trabajaría con empresas locales.

Mujeres vestidas por mujeres: Grace Gaviglio

~ ¿Cómo cambiaron las normas sociales que rodean el lujo?
La experiencia desde el lujo y de adquirir cosas nuevas es permanente. Después de la crisis de 2008 las casas de alta costura empezaron a hacer pret a couture. El lujo está presente en otros contextos, nosotros lo vemos en burbujas.

~ ¿El consumidor no sabe diferenciar o no tiene presupuesto?
Entre lo masivo barato, buscan lo exclusivo. Por ejemplo la colección que Erdem lanzó junto a H&M se agotó. Globalmente la gente se volcó a la compra online y por eso ves que las siluetas en las marcas se repiten, son amplias, tipo túnicas y de vestidos largos, porque te permite movilidad de tallas. Y hacia eso va la moda, ya está. Las cosas se modificaron.

~ Hay incertidumbre. ¿Qué falta para que el panorama global se consolide?
Es necesario que crezcan los canales de distribución, los delivery para que los productos lleguen rápido. Por algo las siluetas no cambian tanto y en Estados Unidos tenés el ‘return policy’ de un mes que funciona perfecto. Pero siempre que hay una corriente aparece la contracorriente. Las personas no se van a perder las experiencias y la venta de ropa va a retornar, pero de otra manera.
Sportswear hight fashion por Grace Gaviglio

~ Con toda esta información y aprendizaje posicionaste GVG Grace Gaviglio. 
Es un desafío permanente porque es pensar cómo crecer, que más ofrecer.
Este es un país inestable que hace difícil la proyección, a menos que tengas una espalda económica que te permita tomar algunos riesgos y amortiguar los golpes. Es una panorama difícil porque los créditos para las pymes, por ejemplo, no cierran entonces las cosas se acomodan más a los contextos que a las ganas.

~ ¿Cómo organizás tus colecciones?
Compongo de acuerdo a lo que mis clientas me enseñan. Escucho lo que quieren y ofrezco diseños pensando en el clima. Son colecciones móviles, ya no son 2 temporadas y el año te lo marca el calendario de eventos. Voy sumando lo nuevo de acuerdo a la necesidad de mi clienta porque la noción de las colecciones primavera / verano y otoño / invierno ya no existe. Ahora se impone el calendario de los estadounidenses: spring, pre fall, transition, fall cruise, las colecciones cápsulas, ellos insertan producto de acuerdo a lo que necesita el mercado.
Colecciones a demanda: Grace Gaviglio Invierno 2018

~ ¿No es lógico atender necesidades y mantener la novedad para un sistema sustentado por el cambio?
Pero porque se modificaron los modos y hoy a la mujer le interesa cultivar su personalidad, generar su estilo y a veces no sabe cómo, pero lo busca en las redes sociales, en los tableros de Pinterest, hasta que da con qué identificarse: se lo arma, lo construye y si no sabe, compra cursos: hoy todo es masivo pero más personalizado.

~ ¿La mujer de hoy se anima a cambiar y a explorar con la moda?
La personalidad es una construcción, pero llega un momento que se consolida. Para algunas es una exploración permanente y para otras se cristaliza, Ahora las mujeres son flexibles con el qué me pongo, aunque esa línea de ocasión de uso actualmente está muy borrada.

~ Es un effortless chic permanente.
A veces es solo effortless, de chic nada. El arreglo está un poco perdido y están los dos extremos, la fashionista o la afrancesada.

~ ¿En qué invierte la mujer de hoy?
Busca accesorios. No importa si son buenos, pero si que sean de marca. Esos son los nuevos símbolos, las nuevas tribus. Chanel, Dior, la cartera de Céline, para lo demás no gastan, solo buscan la oportunidad. En este sentido, el consumidor se volvió más impredecible y por otro lado está todo tan viralizado que cuesta ver por donde diferenciarse. En un minuto te copian todo y todo está masificado y las temporadas adelantadas. El cliente no se volvió exigente en ese sentido, acepta la copia.
~ ¿Cuánta responsabilidad tiene Alessandro Michele en Gucci en esto?
Gucci empezó a bordar todo y así comenzó a descalabrarse el sentido del buen gusto. Puedo bancar un accesorio con todo ese cachivache, pero no la ropa. Gucci no amplió su propuesta para el resto del mercado. Son colecciones muy pensadas para la rusa, la japonesa joven, las chinas.
Cuando Maria Grazia Churi asumió la dirección de Dior dijo que observó cómo piensan sus hijas adolescentes. ¿Y eso vende? No se sabe pero las faldas fifty transparentes de tul las hicieron todos, la remera blanca de los 80' con el logo negro la copiaron todos. Hay un revisionismo histórico, pero aggiornado a la juventud. Se retoman esos valores de cada década, se mezclan y se larga el producto a la calle.

Imágenes: Grace Gaviglio
Una versión de esta nota fue publicada en Clase Ejecutiva, la revista del diario El Cronista.